Estos animales conviven de forma pacífica con otras especies y con la gente que habita este sector de cara al Río de la Plata.
Desde hace un tiempo están apareciendo carpinchos en la desembocadura del Arroyo Medrano, en el barrio de Núñez. Vecinos cuentan que los animales se muestran pese a la presencia humana, que en general buscan pastos para comer y se mueven en grupo. Hay ejemplares adultos y también de corta edad y tamaño. “Son parte del paisaje”, aseguran.
A los carpinchos se los puede ver en las Reservas Ecológicas de Costanera Norte, Costanera Sur y la del Lago de Villa Lugano, incluso en la Isla Demarchi. Así lo corrobora el sitio especializado Inaturalist a través de un mapa confeccionado con documentación de naturalistas. Allí hay registros anteriores a 2018. En tanto, la presencia en el Arroyo Medrano inicia recién en 2022.
En la Subsecretaria de Ambiente de la Nación explican que este animal es un roedor herbívoro anfibio, que por su tamaño resulta “el mayor de los roedores vivientes”. Se detalla que esta especie es herbívora, come hierbas palustres, gramíneas y hiervas ribereñas. Se alimenta principalmente durante el atardecer y la noche.
Agregan que se lo puede ubicar en Panamá y gran parte de Sudamérica, hasta el sur de la Provincia de Buenos Aires. De hecho, su denominación cambia entre países y regiones: capibara, capivara y capiguara son algunas de ellas.
En cuanto a su aspecto, un ejemplar adulto pesa alrededor de 55 Kilos y mide más de un metro de largo y entre 50 y 62 centímetros de altura. “Es un animal robusto, de cola muy corta y no visible, con un aspecto semejante al de un cobayo gigante”.
El arroyo Medrano nace en territorio bonaerense, luego continúa bajo el suelo de Saavedra –del Parque Sarmiento por Ruiz Huidobro hasta el Parque Saavedra y luego por la avenida y boulevard García del Río-, y después sigue por Núñez, a través de Comodoro Rivadavia -la continuación de esta última-, hasta cruzar Cantilo. Allí sus aguas se terminan por mezclar con las del Río de la Plata.
A la altura de la colectora de Cantilo y la prolongación de Comodoro Rivadavia está la desembocadura propiamente dicha del entubamiento del Medrano. Sobre la colectora hay un guardarraíl con un enrejado desde el cual se pueden ver ambas orillas y, a lo lejos, el horizonte del Río de la Plata. Dependiendo del momento del día o la altura del río se sentirá un olor más o menos intenso, proveniente de las aguas del Medrano, que en general se ven bastantes oscuras.
Desde la desembocadura en Comodoro Rivadavia y Cantilo hasta la llegada al Río de la Plata hay una orilla de casi un kilómetro. Los carpinchos se mueven en este espacio, en coexistencia con la gente del lugar. Así, aprovechan instantes de calma y poco movimiento de personas o vehículos para moverse entre los recovecos de las instalaciones.
Otras especies presentes en este entorno son los caranchos y aves de gran porte que caminan o vuelan en torno a las orillas. Además, es posible ver gatos callejeros.
“Esto debe ser parte de los desplazamientos naturales que los carpinchos hacen, pero que nuestra especie se los dificulta en nombre del “progreso” al hacerles ciudades donde antes existían márgenes de ríos libres y cuerpos de agua no contaminados”, dijo Hugo Campos, referente de la agrupación del barrio Vecinos por la Ecología.
Además, Francisco González Táboas, naturalista, director de coordinación institucional de Aves Argentinas, dijo que “no es imposible que estos animales aparezcan en algún lugar de la ribera del Río de la Plata. Están cerca hacia el norte (en el Delta) y también al sur (seguramente haya en Punta Lara y más al sur ya son más comunes). También son animales que nadan bastante y que tienen altas tasas de reproducción como cualquier roedor”, agrega.
“Es muy probable que algún individuo haya bajado nadando y simplemente encontró un lugar donde tiene buen pasto para comer y nadie lo molesta, pero saber de dónde vino es medio imposible”, señala el naturalista.
Por su parte, en la Subsecretaria de Ambiente de la Nación exponen que el carpincho se encuentra categorizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como un ejemplar de preocupación menor. De todos modos, se impulsan acciones para estudiarlo y bregar por su cuidado.